El castillo palacio no tuvo una prisión importante con garantías para retener el continuo trasiego de presos que desde toda Navarra recalaban en Olite/Erriberri en espera de justicia, si bien Carlos III intentó abrir una cárcel en la calle de la Judería o alquiló un edificio para guardar reos en la rúa del Seco.
En 1405 la prisión olitense estaba en ruinas y en 1410 el rey ordenó pagar al vecino Juanco Gorria cien libras por desescombrar un espacio que había en el rincón de Baretón que limitaba con la judería y era próximo al Palacio Viejo, centro administrativo del reino.
La obra “para hacer una habitación y morada para guardar los presos” y que los malhechores “puedan ser detenidos seguramente” finalmente no cuajó en la judería, así que durante años se alquiló como cárcel una casa del barrio del Seco perteneciente a los hermanos Bueso, según estudió el desaparecido Alejandro Díez.
En el Palacio real, en ocasiones, se depositaron reos de relieve. En 1408, por ejemplo, Jacques Borbón entregó a su suegro el rey ocho cautivos musulmanes que había hecho presos en la guerra contra el reino de Granada a la que acudió a las órdenes de Castilla.
Algunos
presos llegaron a ser ajusticiados en la villa. El 16 de marzo de 1396 fueron
ejecutados Martin Aranoa, Martín Périz de Tildos y Yenego Miguel de Tildos, que
habían asesinado a un clérigo de la Cuenca. El verdugo Johan cobró 10 florines por su
trabajo.
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