miércoles, 5 de enero de 2022

EL ROSCO DE REYES QUE NACIÓ EN OLITE / ERRIBERRI

El Rey de la Faba en el Parador en 1964
El popular y extendido postre de la festividad de Reyes que esconde un haba dentro del rosco tiene en su origen mucho que ver con el Palacio de Olite/Erriberri y la costumbre de los monarcas que en él habitaron, un rito recuperado en 1920 por la peña Muthiko Alaiak.

            Teobaldo I, rey francés de la casa de Champaña que reinó Navarra entre 1234 y 1253, trajo del otro lado de los Pirineos la práctica de primar una vez al año a los niños y niñas desfavorecidos.

            El monarca reunía en su palacio, en Olite/Erriberri lo hizo muchas veces, a los chavales que carecían de recursos y les preparaba una generosa merienda. Al final sacaba un gran rosco que en el interior llevaba oculta un haba. Al que le tocaba, además de verse premiado en metálico y con otros favores, recibía el 6 de enero los honores de rey. Era el Rey de la Faba.

            A partir de entonces se convirtió en una tradición mantenida por otras dinastías hasta que con el tiempo dejó de ser cosa de reyes para transformarse en una fiesta popular. La peña pamplonesa Muthiko Alaiak recuperó la usanza hace un siglo y la unió al ceremonial de la coronación de los reyes de Navarra.

            En 1964 el Parador acogió la fiesta y entonces fue Rey de la Faba el niño Luis Crespo Pérez. La fiesta ahora itinera por distintas poblaciones y la última vez que estuvo en Olite/Erriberri fue en 2013 cuando Pablo Mañú Oneca fue coronado en la iglesia de San Pedro. Este año a causa de la covid se ha suspendido la ceremonia prevista en Mendavia.