Vecinos vestidos de época en una edición pasada |
Las fiestas medievales de Olite/Erriberri cumplen el próximo
verano la cifra redonda de 25 años de implantación. Fue entonces, en 1993,
cuando un grupo de artesanos dio los primeros pasos para organizarse en torno a
la marca Napar Bideak y, de pueblo en pueblo, montó un mercado medieval
dedicado, sobre todo, a los productos de alimentación, que rápidamente cuajó
junto a la monumentalidad que ofreció la localidad.
La comisión
municipal que actualmente empuja este evento, mucho más desarrollado que en el
origen, se ha reunido estos días para estudiar ya un aniversario que con
probabilidad tendrá lugar a mediados de agosto. Posiblemente habrá novedades en
la representación teatral de la Plaza, se reforzará la decoración que engalana las
calles y difundirá más la historia local de este radiante periodo en el que
Olite acogió la corte de los reyes de Navarra. En los próximos meses afinarán el programa y, a buen seguro, necesitarán la colaboración del vecindario
para dar fuerza a esta fiesta que se ha convertido en la tarjeta de
presentación de la localidad.
Desde aquel
primer mercadillo de quesos, pastas y txistorra al complejo montaje actual, con
un vistoso cortejo de personajes ataviados de época, una representación histórica
fiel, un grupo que realiza danzas medievales, conferencias o conciertos de
música en el Palacio Real, hay un gran trecho y una evolución muy destacable.
La idea de Olite/Erriberri ligada a estas fiestas se ha extendido por medio
mundo asociada a su historia, cultura o industria agroalimentaria. Todo un
éxito en proyección que, al final, repercute en el sostenimiento económico y
arraigo de la población, en que Olite/Erriberri destaque en índices
demográficos que le acercan a los 4.000 habitantes censados, 1.000 más que el
siglo pasado, y a un paso de los 5.000 vecinos que se calcula tuvo en el siglo
XIII, en el medievo de mayor esplendor que rememora precisamente esta fiesta
que cumple 25 años muy bien llevados.