El Rey de la Faba en el Parador en 1964 |
Teobaldo I, rey francés de la casa de Champaña que reinó Navarra entre 1234 y 1253, trajo del otro lado de los Pirineos la práctica de primar una vez al año a los niños y niñas desfavorecidos.
El monarca
reunía en su palacio, en Olite/Erriberri lo hizo muchas veces, a los chavales
que carecían de recursos y les preparaba una generosa merienda. Al final sacaba
un gran rosco que en el interior llevaba oculta un haba. Al que le tocaba,
además de verse premiado en metálico y con otros favores, recibía el 6 de enero
los honores de rey. Era el Rey de la Faba.
A partir de entonces se convirtió en una tradición mantenida por otras dinastías hasta que con el tiempo dejó de ser cosa de reyes para transformarse en una fiesta popular. La peña pamplonesa Muthiko Alaiak recuperó la usanza hace un siglo y la unió al ceremonial de la coronación de los reyes de Navarra.
En 1964 el
Parador acogió la fiesta y entonces fue Rey de la Faba el niño Luis Crespo Pérez.
La fiesta ahora itinera por distintas poblaciones y la última vez que estuvo en
Olite/Erriberri fue en
2013 cuando Pablo Mañú Oneca fue coronado en la iglesia de San Pedro. Este
año a causa de la covid se ha suspendido la ceremonia prevista en Mendavia.