|
El difunto se llamaba Juan (Johannes) |
La losa funeraria que apareció por sorpresa en unas obras en
2019 en el Palacio de Olite/Erriberri y ahora se exhibe en el pasillo de
entrada a la iglesia de Santa María perteneció a un médico llamado Juan que
murió el 24 de mayo de un año entre 1439 y 1448, según Stefania Botticchio la
estudiante de doctorado de la Universidad Complutense de Madrid que ha
investigado la lauda.
La revista
Príncipe de Viana publica en su último número un trabajo sobre el estilo del
relieve, el texto que lo rodea y da una interpretación de quién pudo ser el
fallecido. También hace conexiones con otras piezas similares y cuadros de la
época.
|
Lugar donde se exhibe ahora la losa |
La autora
recuerda que el hallazgo del relieve fue en abril de 2019 cuando en las obras
de nuevo acceso al castillo, al derribar la antigua taquilla, los
albañiles encontraron la losa en una pared cerca de la torre de la iglesia del
s. XIV.
|
Detalle del libro entre las manos |
La piedra
de arenisca gris tiene una dimensión de 218x82x20 centímetros y en ella aparece
la imagen idealizada de un hombre con rizos y flequillo corto al modo borgonón,
según la investigadora que también describe que los ojos “están particularmente
abiertos y ligeramente torcidos”. El difunto agarra con las manos un libro
cerrado con herraje. Encima, un arco trilobulado adorna con dos tréboles la
cabeza del personaje.
|
Se halló en 2019 en las obras de entrada al Palacio |
Una
inscripción en latín, parcialmente rota, rodea la orla que se lee en sentido
antihorario e identifican el nombre del muerto, Johannes (Juan), y un apellido fragmentado
que comienza con las letras PO. La profesión aparece clara: “fisicus” (médico)
y la fecha del deceso también, el 24 e mayo, no así el año. En la Edad Media
los físicos, aclara la autora, diagnosticaban las enfermedades internas,
mientras que los cirujanos intervenían directamente en el cuerpo.
|
Inscripción de la orla |
Sobre la
posible identidad del personaje, el estudio de Stefania Botticchio recogido en la revista señala que aunque en la época había en la
localidad una familia de apellido Polo que podría encajar, la autora se decanta
por un médico que pudo llegar con la borgoñesa Inés de Cleves cuando se casó en
1439 con el Príncipe de Viana y pudo fallecer entre ese año y 1448.