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El alguacil de noche cantaba las horas y el tiempo |
“¡Las dos y nublado!”, “¡las cinco y nevando!” o “¡las doce
y sereno!” eran hasta los años 70 del siglo XX algunos de los avisos habituales
que de madrugada cantaba el alguacil-sereno por las calles, un oficio extinguido
que aparece pautado en el antiguo reglamento de los agentes de la “Policía
Urbana de la Ciudad de Olite” de 1946.
La
normativa sobre la organización de los agentes detalla las funciones de los
alguaciles del servicio nocturno, los desaparecidos serenos, que desde las 23
horas hasta las 6 de la madrugada, “restableciendo la tradicional costumbre”, coreaban
las horas “al sonar en los Relojes oficiales de la Plaza y Parroquia de San
Pedro, anunciando luego el estado del Cielo”.
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Un agente abre el desfile en los años 50 |
También
avisaban al médico si lo reclamaba un enfermo o incluso despertaban “a los
vecinos que se lo encarguen y a las horas que les sean señaladas, llamando a la
puerta...”, regulaba el reglamento que, en plena dictadura, exigía a todos los
agentes “saludar militarmente” cuando atravesaba “el Santísimo Sacramento, las
Imágenes Sagradas y las Banderas y Estandartes, durante las procesiones,
desfiles o fiestas cívicas...”, entre otras obligaciones.
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Municipal en un encierro de vacas del siglo pasado |
El
alguacil-pregonero, por su parte, publicaba los bandos, los más importantes
“con Caja” o redoble de tambor, “pero debiendo estos ser antes examinados y
visados al efecto por el Sr. Alcalde” y por los que el funcionario cobraba 3
pesetas los oficiales, 1 pta. si eran encargados por los vecinos y 2 ptas. si
los pedían los forasteros.
En cuanto a las sanciones, por ejemplo, el
reglamento municipal establecía que a los alguaciles “se les abonará el 50% de
las multas que se impongan por la Alcaldía y sean cobradas en virtud de
denuncia presentada haciéndose el abono al Agente denunciante”.