Puerta de Tafalla, antes del Mercado |
Cuando la
amenaza de pandemia se acercaba, y fue muchas veces, este único acceso desde el
Este del municipio era custodiado por dos guardias y varios regidores, que como
los ediles actuales eran nombrados por el vecindario pero por demarcaciones de
barrio.
Los
habitantes de la villa, en tiempo de peste, no podían acoger a ningún forastero
en casa si no tenían permiso del Concejo (Ayuntamiento), “so pena de diez
ducados” de 1599 según dejó escrito el investigador Alejandro Díez en su
autoeditado “Olite, historia de un reino” (1984). Cuando no había epidemia, los
portales se cerraban por la noche, a las 20 horas en invierno y una hora más
tarde en verano. Una campana situada en la torre del Chapitel anunciaba la
clausura de la muralla... (Ver más)