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Pablo Ojer, con el mapa de Venezuela detràs |
A penas hay rastro y solo algunas, pocas, personas mayores
de 70 años dan razón de él en la calle de San Pedro nª 4 en la que vivió junto a su
padre Facundo, madre Rufina y sus hermanos y hermanas, José, Petra, Jacinta,
Andresa y Luis, ninguno ya en la localidad. Y, sin embargo, Pablo Ojer
Celigüeta (Olite/Erriberri 1923- Caracas 1996) fue un vecino trascendente, al
menos, en su país de acogida. Con su trabajo reforzó las tesis de Venezuela en
asuntos tan delicados y abiertos aún como la fijación de las disputadas
fronteras con Guyana o Colombia.
El
enfrentamiento por estos límites se arrastra casi desde la independencia de
España de la república bolivariana y llega hasta la actualidad entrelazado con
intereses de potencias económicas, antiguas minas de oro y modernos yacimientos
de petróleo en sus costas.
Una
controversia llevada a veces ante los tribunales internacionales en la que los
argumentos defendidos por el historiador y especialista en derecho de fronteras
olitense se ha convertido en doctrina de la integridad venezolana.
La
influencia de Pablo Ojer, por ejemplo, ha tocado hasta el mismo texto de la
Constitución de 1999 o al último referéndum del pasado mes de diciembre sobre
la reclamación de la soberanía de la franja de la selva de la Guayana Esequiba
organizado por el presidente Nicolás Maduro.
Pero por
desgracia poco o casi nada ha llegado de un trabajo tan delicado y actual, de
la figura del propio Ojer, a su pueblo natal y tampoco mucho más al marco
territorial próximo o del Estado.
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Jimeno y Morón, junto a la casa de Ojer en Olite |
Ha sido el catedrático de Historia del
Derecho y secretario general de la UPNA, Roldán Jimeno, quien ha desempolvado el personaje en la revista venezolana Cruxentiana de la Fundación de Ciencias y
Artes Cudán de Cuté, que dirige el profesor Camilo Morón de la Universidad Fco Miranda de Coro (Falcón), con quien ha visitado estos días Olite/Erriberri.
Gracias al
catedrático de la universidad pública sabemos que Ojer con 17 años y como
jesuita ya estaba en 1940 al otro lado del charco. Durante esta etapa vivió
entre Venezuela y Colombia. Estudió Filosofía en la Universidad Javierana de
Bogotá y hasta 1950 fue profesor de
Lengua, Literatura e Historia en el colegio de San Ignacio de Caracas.
La Compañía
de Jesús advirtió que aquel despierto joven, que también dominaba el inglés y
el francés, podía muy bien enriquecer sus estudios en Inglaterra y lo envió a
cursar Teología a Oxford, donde comenzó a colaborar con el gobierno venezolano
en el estudio de los mapas históricos de la frontera del Esequibo. De vuelta a
Caracas se incorporó de profesor en la universidad católica Andrés Bello, de la
que fue administrador más de treinta años.
A la vez
asesoró al Ministerio de Relaciones Exteriores sobre los límites con Guyana y representó
a Venezuela en las conversaciones de Londres (1963-64) y de Ginebra (1966) para
hallar una solución diplomática al conflicto. Entre 1970 y 1978 amplió su labor
a la controversia con Colombia por las islas de los Monjes.
Roldan
Jimeno cuenta que tras dejar los Jesuitas se casó en 1969 con Marielena con la
que creó una familia de cuatro hijos. “Jamás olvidó
su Olite natal, con su cielo tan azul. Siempre nos contaba lo feliz que fue de
niño”, escribió un allegado cuando desde El Olitense se publicó en 2019 una
primera reseña. En lo profesional
pasó a la Universidad Central de Venezuela, donde fue catedrático de Historia y
se jubiló en 1986.
Ojer siguió siempre en su empeño investigador y
en 1989 fundó el Instituto de Estudios Fronterizos. Finalmente falleció en
Caracas el 23 de noviembre de 1996. Dejó publicados más de veinte libros e
innumerables artículos en revistas y periódicos. "Venezuela es un país
donde los venezolanos tenemos que luchar contra nosotros mismos para defender
lo nuestro", llegó a dejar escrito. La trayectoria fue reconocida por
academias y sociedades diversas. Sus indagaciones históricas son todavía referencia
en los conflictos de fronteras.
AL OESTE DEL RÍO ESEQUIBO
Pablo Ojer defendió con vehemencia que la polémica con Guyana
sobre los territorios al oeste del río Esequibo tuvo origen en 1811 tras la
independencia de Venezuela y la toma de la región por Gran Bretaña a través de
un tratado con Holanda en 1814.
El
enfrentamiento se hizo más patente a mediados del XIX. Venezuela denunció sin
mucha fortuna la usurpación. Solo con la investigación de la cartografía y
documentación aportada por Ojer se pudo armar un argumento contra la
demarcación que favoreció al Imperio británico en la entrega de un territorio que
había pertenecido a la Gran Colombia
española, según la tesis venezonala.
Gran Bretaña
históricamente ignoró la reclamación, especialmente tras el descubrimiento de
oro en la franja de disputa. Incluso trató de ampliar más los límites hasta la
zona de las minas. La polémica llegó a los tribunales internacionales. Se
firmaron tratados de arbitrajes en Washington o París. Durante un lustro Pablo Ojer
rastreó los archivos españoles, ingleses y sudamericanos pare demostrar el
traspaso informal del territorio de holandeses a británicos, un región en la
que viven ahora unas 125.000 personas.
Sin ahondar
mucho más en antecedentes, la coyuntura actual tiene un hito en 2006 cuando la
ONU estableció un laudo de límites marítimos entre Trinidad-Tobago y Guyana,
que resultó lesivo para Venezuela y coincidió con el descubrimiento de petróleo
en la zona costera controlada por la multinacional estadounidense ExxonMobil, lo
que ha avivado las reclamaciones venezolanas.