sábado, 7 de agosto de 2021

HISTORIAS DEL POZO DE NIEVE

Las noticias escritas son del s XVII
Las obras de reparación que se acometen estos días en el antiguo nevero situado en la Ronda del Castillo, el popular Huevo, han vuelto la mirada de los curiosos hacia la estructura que guardó el pozo de nieve de Olite/Erriberri, que tiene un origen incierto y durante siglos la explotación dependió del Ayuntamiento.

            Los más viejos del lugar recuerdan que todavía hace aproximadamente 80 años junto al Huevo había un pequeño embalse de agua que se alimentaba de una fuente, ya desaparecida, ubicada en la zona del Portal de Tafalla. Los encargados del suministro rompían en invierno el hielo y lo metían en el pozo con cestos.

El Ayuntamiento subastaba la explotación
            Debajo del cascarón que ahora está rodeado de andamios está la cavidad de unos cinco metros de diámetro y ocho de profundidad a la que los operarios bajaban con una escalera de madera para extender una capa de paja sobre la que colocaban el hielo.

            Los fines eran normalmente sanitarios, muy importantes para bajar la fiebre de los enfermemos en épocas de peste, o también para mantener frescos alimentos y bebidas de tabernas. El hielo olitense se vendía principalmente en el municipio, pero en ocasiones también se surtía a pueblos cercanos. La producción industrial de hielo acabó con el negocio en el primer tercio de siglo pasado.

Los bloques se extraían de la Cava
            Sobre el origen de la estructura no hay unanimidad, no hay certeza de si dependió del Palacio o se levantó después si bien las primeras informaciones escritas del pozo son del siglo XVII, cuando se popularizó en todo el Estado la utilización de la nieve para conservar alimentos y enfriar bebidas en verano con este tipo de depósitos excavados y rematados en cúpula que acumulaban arriba el aire caliente y aislaban el fondo.

            El pozo de Olite/Erriberri era normalmente sacado a subasta pública por el Ayuntamiento y el adjudicatario tenía la exclusiva de la venta de hielo que extraía de la cava del castillo. El consistorio, en casos excepcionales como las pestes, podría reservarse el uso con fines sanitarios.