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Casa de los Atondo en la rúa Mayor |
Tras la batalla de Noáin (30 de junio de 1521) en la que el ejército
organizado por Enrique II de Navarra sucumbió contra el de Carlos I de España,
los legitimistas todavía continuaron la pelea en el castillo de Amaiur (julio
1522) y capitularon definitivamente en el sitio de Hondarribia (febrero 1524), movimientos
que se vivieron en los pueblos con tensión entre el vecindario y la tropa
ocupante que, por ejemplo, en Olite llegaron al enfrentamiento cuando la
soldadesca atacó al cabeza de la familia de los Atondo, agramonteses que habían
servido a los Albret en los tribunales de reino conquistado.
El suceso
más sonado ocurrió el 28 de diciembre de 1524 cuando los olitenses se
enzarzaron con tropa de la compañía González de Mendoza, acantonada en la
localidad y que a través de su capitán reclamó alojarse en casa de Atondo, con
palacio todavía hoy ostentoso en la calle Mayor. Los regidores (ediles)
encargados del reparto se negaron, alegaron que la dueña de la casa estaba
enferma, cuenta Jesús M Usunáriz en su trabajo “Soldados, sociedad y política
en un reino de frontera: Navarra siglos XVI y XVII”.
Los
militares no cejaron y, recoge el estudio, increparon a Atondo y le acusaron de
traidor y francés. Blasfemaron, golpearon la puerta e insultaron a su suegra
con gritos de “puta vieja alcahueta”. El Ayuntamiento ofreció una posada
alternativa, pero los soldados erre que erre.
Cuando los
militares comenzaron a romper el portón, algunos vecinos alarmados advirtieron
a voces “!Al licenciado (Atondo) matan, al licenciado matan!”, y varios
acudieron “a los defender, vista la gran sin razón, injusticia y bellaquería que
le hacían”. Todo ello desató un alboroto, repicaron las campanas de alerta, y
el choque acabó con varios heridos, según recoge Usunáriz de fuentes que
documenta en los Tribunales Reales.
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Escudo en la fachada del palacio Atondo-Zuría |
En su
investigación sobre la nobleza agramontesa, partidaria de los Albret-Foix,
Teresa Silanes sitúa a los Atondo de Olite como miembros del Consejo Real y
cerca de la judicatura. Francisco Atondo, alcalde de Olite entre 1525 y 1532,
se casó con Gracia Alli Zuría, heráldica que luce en el escudo del hermoso
palacio que se sostiene en la rúa Mayor número 7 y que hoy también tiene como
vecina a la Cofradía del Vino de Navarra.
El desafío
contra los Atondo no fue el único que llegó a los tribunales. El abuso de la
tropa por impago de las provisiones que tomaba fue frecuente. En Olite también,
en mayo de 1576, el Ayuntamiento se quejó por que “el vínculo de la villa había
sido esquilmado” y no quedaba nada para proveer a la localidad. El hambre
amenazaba y los regidores no tenían dinero para comprar provisiones, por lo que
temían “escándalos y alborotos”.
Las quejas se repitieron en años sucesivos porque las tropas “andan dando vueltas
por todos los lugares del, haciendo tan intolerables daños ...”, reflejan los
documentos. Más de un siglo después, continuaba la militarización de Navarra
como avanzadilla defensiva frente al eventual enemigo francés. En 1639 los alcaldes
y varios regidores de Olite y Tafalla fueron detenidos por no cumplir la orden
del virrey de alojar soldados. Hospedarlos, argumentaban las autoridades
municipales, iba contra la costumbre o fuero de ambas ciudades. Las leyes de
1519 establecían que el aposentamiento tenía que coordinarse con los alcaldes y
concejales, que además debían fijar el precio. Ningún vecino podía ser
obligado al alojamiento.