Las cavas eran del puente medieval |
La negociación
de la reversión, una vieja aspiración de muchos olitenses que entendían que era
un espacio común, dio un paso de gigante hace tres años cuando el pleno del
Ayuntamiento zanjó el acuerdo. En los últimos meses se han pulido detalles
importantes y, sobre todo, perfilado el acceso desde el edificio principal que
estaba en el aire y garantiza así el uso público.
La infraestructura está subterránea |
Cerrada la
bodega, los propietarios vendieron y las instalaciones pasaron por distintas
manos hasta que las adquirió la donostiarra Lanaz que mostró su interés por
edificar y reintegrar las cavas a sus primigenios dueños, el pueblo de
Olite/Erriberri, cuyo Concejo posiblemente se encargó de construirlas frente al
acceso principal de la muralla. La historia es sabia y, con trabajo y
constancia, lo que es del pueblo vuelve al pueblo. Como deber ser.