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Las Misiones Pedagógicas enviaron un lote |
El Ayuntamiento de Olite/Erriberri fue uno de los 77 de
Navarra que recibió un lote de 100 libros enviado por las Misiones Pedagógicas
creadas en mayo de 1931 por el recién proclamado gobierno de la II República
para “acercarse al pueblo, llevarle distracción cultural, motivaciones
espirituales y alegría”.
El
patronato auspiciado por el Ministerio de
Instrucción Pública y Bellas Artes de Marcelino Domingo pretendía
enriquecer la vida en localidades menores de 5.000 habitantes, objetivo que en el
caso olitense coincidía con el proyecto de “Biblioteca
popular, escolar y municipal” puesto en marcha dos años después por el
alcalde Carlos Escudero Cerdán (Acción Republicana) asesinado en Enériz en 1936.
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El proyecto coincidió con la Biblioteca del Ayuntamiento |
Cerrado en
cajas, el lote de libros llegó con una nota de recomendación sobre el trato, marca
páginas, papel para forrar y un talonario de préstamo. Además de
Olite/Erriberri, en la Merindad se distribuyeron en Barasoain, Berbinzana, Falces,
Funes, Lerín, Marcilla o Peralta/Azkoien, según estudió Reyes Berruezo en “Depuración
de bibliotecas y censura de libros en Navarra durante la Guerra Civil”.
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Durante el Bienio Negro ya se quemaron ejemplares |
La
eliminación y hasta quema de libros, que en el caso olitense se dio incluso
antes del golpe durante el Bienio Negro derechista, cayó en manos de una Junta
Superior de enseñanza tras alzamiento fascista.
La junta
daba instrucciones sobre la nueva orientación católica y españolista del curso
académico y encomendaba la revisión de los libros a una comisión formada en
cada pueblo por el nuevo alcalde franquista, el párroco y el maestro afecto al
régimen. Los manuales que no tuvieran aprobación eclesiástica tenían que ser
retirados por perniciosos y los párrocos hacerse cargo de los depurados.
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La censura recayó en el alcalde, el cura y el nuevo maestro |
El Gobierno
Civil emitió una circular en noviembre del 36 en la que ordenó “la incautación
y destrucción de libros, folletos, revistas, periódicos... de carácter marxista,
nacionalista, antirreligioso, etc...que se encuentren a la venta en librerías o
en los distintos tipos de bibliotecas”. Los maestros no destituidos debían dejar
los lotes en el ayuntamiento.
Las nuevas
autoridades nombraron una comisión de censura y la Asociación de Padres de
Familia, con apoyo de las juntas locales, ofrecieron colaboración y ficheros. Cien
bibliotecas municipales fueron expurgadas. En la comarca, también las de los ayuntamiento
de Beire y Tafalla. En esta última, además, la de la estación del ferrocarril,
la de Albéniz y Porfirio Díaz.
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Niños olitenses y su profesor en 1935 |
La comisión
censora examinó 2.605 títulos, de los que destruyó los que calificados como
obras pornográficas, de propaganda revolucionaria o de ideas subversivas.
También retiró textos literarios y científicos.
El fanatismo se cebó hasta con
Cervantes y Shakespeare. Algunos títulos sonrojan y retratan a los golpistas:
“Zalacáin el aventurero”, de Pío Baroja; “Vida del Buscón”, de Francisco Quevedo; “Los tres mosqueteros”,
de Alejandro Dumas; “Tragedias”, de Sófocles; “Trafalgar”, de Benito Pérez
Galdós; “Poesías completas” Antonio Machado; “Obras escogidas”, Gustavo Adolfo Bécquer;
“Nuestra señora de París”, Víctor Hugo; “Fausto”, Johann Goeth y “Don Quijote de la
Mancha”, de Miguel Cervantes ...