sábado, 18 de noviembre de 2023

ADIÓS A LA ÚLTIMA CABINA DE TELÉFONO DE OLITE / ERRIBERRI

Los empleados en el momento de la operación
Os parecerá mentira a los jóvenes, pero hubo un tiempo en que los teléfonos estaban atados a un cable. Los novios acudían a las cabinas públicas para amar en distancia a través de un hilo o las madres llamaban a sus añorados hijos cuando cumplían una mili forzada, por ejemplo, en Ceuta. Las cabinas telefónicas eran actualmente como los dinosaurios de un álbum descolorido. Este sábado han retirado de Olite/Erriberri la última que resistía inútil en la Placeta.

Telefónica ya no está obligada al mantenimiento
             Hubo años no tan lejanos que desde la cabina de la Plaza de los Teobaldos el más solterón del pueblo mantenía conferencias internacionales los domingos con una novia cubana mientras los amigos hacían cola para pasarse el auricular y hablar también con quien nunca llegó al pueblo. Mil historias, bonitas y feas, conoció la última cabina. Antes hubo otra más en la Plaza Carlos III, de aquellas con caja de aluminio, que también fue desmontada porque el mismo servicio que daban viaja ahora en el bolsillo de cualquier adolescente.

             Los empleados de Telefónica han retirado la cambia que guardaba mil secretos en la Placeta. Llegaron a media mañana con un camión. Ahora la empresa ya no está obligada a su mantenimiento. De cuatro martillazos sacaron primero el corazón del artefacto, el depósito de monedas y el auricular ligado siempre a un cable endemoniadamente enrollado. Después desatornillaron las piezas, la mampara y el logo azul. Emplearon hasta una radial. En dos horas zanjaron la tarea. Recogieron todo y adiós. Desaparecieron miles de conversaciones, cientos de lágrimas o risas y hasta el sueño de una novia que nunca dejó el Malecón de La Habana por el Palacio de Olite/Erriberri.