La segunda tanda de papeles de Bárcenas que ha publicado este viernes El País compromete no solo a la cúpula del PP, sino que también hace blanco en el dinero oscuro que disfrazado de “donaciones” daban los presuntos corruptores, empresarios relacionados al 70% con el negocio de la construcción. Los del PP dirán que los pagos eran legales, otros que no.
El tiempo pudre los recuerdos y
la memoria es floja. Quién se acuerda si no del exconsejero navarro de
Bienestar Social Pejenaute, al que hace meses pillaron lavando billetes de 500
€ en su trabajo de la Can y, aun así, se fue de rositas a la jubilación después
de ejercer de asesor de la presidenta de Navarra Barcina (UPN). ¿Alguien
exhibió su declaración fiscal?.
Tanto
hartazgo e inmoralidad se curarían con transparencia, con bolsillos de cristal
para los políticos en sospecha y con persecución ejemplar para quienes con
impunidad corrompen partidos y personajes a golpe de talonario. Que salga ya Rajoy
a decir públicamente si cobró o no de la mafia del ladrillo y, sobre todo, si
declaró a Hacienda un dinero turbio tirando a negro.