La Institución Príncipe de Viana restauró el año 2000 el retablo de Santa María de Olite/Erriberri (Pedro Aponte, 1517) pero tras él quedaron los murales originales que desde dos siglos antes decoraban la iglesia en la que los reyes de Navarra celebraron de bautizos a funerales, tapados detrás del entramado de tablas siguen hoy rostros muy interesantes.
El muro que había tras el primer altar está pintado con grandes figuras de los evangelistas, que son fácilmente identificables, pero también hay cabezas talladas en capiteles, columnas con vegetales, flores de lis y otros detalles de estiló gótico como los que acompañan estas fotos tomadas hace 23 años.
En su
momento se prometió la instalación de unos paneles explicativos para informar
sobre las pinturas murales que habían quedado ocultas después de que la empresa
Antelan las limpiara y restaurara, como el resto del gran retablo montado en
plena conquista de Navarra.
El Gobierno de Navarra editó en 2007 un libro sobre la restauración,“El retablo mayor de la iglesia de Santa María la Real de Olite”, que al final de la publicación y en pocas páginas hace referencia a los murales que quedaron fuera de la vista.