Portada del nuevo libro de Monteano |
Son ricas las novedades que aporta, como casi siempre, Monteano al descartar clichés tradicionales de división de los barrios de la Navarrería, con vecinos autóctonos, y San Nicolás y San Cernin, de una mayoría de comerciantes que había llegado de fuera.
El historiador en Olite |
Monteano escribe mucho y bien de Pamplona, claro, de la nueva ciudad unificada que se crea tras la orden dada por el rey Noble. Analiza el idioma que se habla muy mayoritariamente, el euskera, como en tres cuartas partes del reino, algo que ya avanzó en anteriores trabajos.
Pero además de Iruña, la segunda localidad que más aparece en el trabajo es Olite. Desde las primeras páginas en las que cuenta como el rey acude a la capital acompañado de un Príncipe de Viana niño, que llega desde el Palacio Real olitense escoltado de un séquito esplendoroso.
Y Monteano vuelve a poner sobre el tapete cómo muy mayoritariamente la guardia más estrecha de escuderos y sirvientes que se desplazan y viven en Olite son euskaldunes de la Baja Navarra (Beaumont, Luxa, Mauleón, Ezpeleta, Echauz, Lacarra, Garro ...).
Y también retoma la carta de Matxin Zalba a Martín de San Martín (clérigo “catato”), altos funcionarios de la corte olitense que se carteaban en euskera en un texto que conserva el Archivo y es considerando el más extenso en lengua vasca antes del siglo XVI. Muy interesante y novedoso lo que aporta Peio J. Monteano sobre Pamplona, y también lo de Olite.