sábado, 10 de noviembre de 2012

"LOS RICOS YA NO SE SUICIDAN COMO ANTES"

Por Gorabeti.
La desgraciada muerte de Amaya Egaña, de 53 años, en Barakaldo colma el vaso de la miseria moral a la que nos vemos abocados quienes, forzados por la rigidez de la economía prusiana que dirige Europa, pagamos con recortes del estado del bienestar los ruinosos negocios que hicieron especuladores del ladrillo, banqueros ambiciosos y políticos pesebreros.
            Durante el crack del 29, la leyenda, más que la realidad, cuenta que algunos financieros arruinados el Jueves Negro se lanzaban al vacío desde las azoteas de los rascacielos de Nueva York. Magnates de Wall Street, como los presidentes de County Trust Co. y Rochester Gas and Electric, optaron por abandonar el mundo con una dignidad que no tienen los estafadores de ahora, una dispensa la del salto al vació que ya es privilegio de infortunados desahuciados. Nuestros nietos recordarán cómo en la Gran Depresión del Siglo XXI los pobres se lanzaban por la ventana, mientras los tramposos buscaban refugio en “países emergentes”. La raya que separa lo soportable de lo intolerable es cada vez más delgada.