Cuentan que la biblioteca del que quizá ha sido el escritor
navarro más fecundo estuvo hasta hace años perdida en la rúa Mayor de Olite, en
el enorme caserón de un sobrino que tenía
el pensamiento en las antípodas del fundador en 1878 de la Asociación
Euskara de Navarra. Arturo Campión Jaimebon (Pamplona 1854- San Sebastián 1937),
que murió prácticamente ciego y sin descendencia, firmó hace 127 años una carta
que bien pudo estar guardada en ese mismo archivo empolvado olitense. La
redactó con la crema de los intelectuales navarros de la época, sus amigos de
aventuras culturales y políticas, Juan Iturralde y Hermilio de Olóriz con los
que, junto a Julio Altadill, por ejemplo, diseñó en 1910 la bandera navarra.
La
misiva que entonces sellaron tenía un noble fin, salvar de la ruina y la rapiña
humana lo más representativo del antiguo reino, el Palacio Real de Olite, por
“simbolizar las muertas glorias de un pueblo ilustre y desgraciado”. Para ello
Campión y sus compañeros buscaron el abrigo de la Duquesa de Sevillano que, con
gracia, dio largas a los “patriotas”. Solo la Diputación Foral, muchos años
después, pudo comprar el arruinado castillo que ahora majestuoso disfrutamos y
atrae a miles de turistas que han convertido a los visitantes en el combustible
de la economía local ... (Ver más)