La gran obra cooperativa que levantó hace un siglo el "cura de Olite"
Victoriano Flamarique saltó por los aires por los malos socios que le
acompañaron en el negocio de la exportación de vino a Cuba, México y Ecuador.
El sacerdote emprendedor, motor de la modernización económica del pueblo y
algunas localidades de la Merindad, buscó socios capitalistas en Bilbao que le
dejaron en la estacada y arruinaron.
Hasta hubo en tiempo en el que el conocido
Café Iruña de la capital vizcaina estuvo empeñado por los de Olite. Sin
embargo, al final las deudas ahogaron la idea, los inversores abandonaron al
visionario Flamarique y el proyecto cooperativo quedó herido de muerte... (Ver más)