Voluntarios y ediles del Ayuntamiento, entre ellos la Alcaldesa Maite Garbayo, ayudaron este sábado a repartir los aproximadamente 1.500 panecillos agotados entre el vecindario en la Plaza ante la atenta mirada de la talla del s.XVI de santa Brígida, que a causa de la pandemia no pudo celebrar su romería en la ermita del Monte Encinar.
El párroco Javier Ignacio Sola bendijo a primera hora de la mañana los panes con motivo de la fiesta, una tradición que, al menos, hunde sus raíces en el siglo XIII. Después, con medidas de distanciamiento aplicadas por el Ayuntamiento, un goteo de paisanos se acercó a los porches de la casa consistorial donde se habían instalado las mesas de reparto.
La localidad recibió a los primeros turistas que llegaban de forma animada tras lo peor de la pandemia, algunos de los cuales se fotografiaron en la Plaza con la santa, y a demás se vio en el municipio al vicepresidente del Gobierno, Javier Remírez, que compartió jornada con su familia olitense.
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