En la trasera del actual Casa Consistorial de Olite/Erriberri se levantaba hace aproximadamente 70 años un nuevo grupo de edificios que iba a albergar las escuelas municipales y las casa donde vivirían los maestros. Ahora el edificio, en la planta baja, lo ocupa el club de jubilados y, en la segunda altura, las salas donde ensayan la Coral y la Banda, mientras que los domicilios de los docentes son desde hace años la sede de Correos y la escuela de música.
La construcción de un colegio de nueva planta fue todo un hito en la época, más en un tiempo de penuria económica y posguerra. La obra pública, como también fue el diseño de la nueva Casa Consistorial y el Frontón municipal, sirvió para que la dictadura paliara el paro y frenar la emigración de mano de obra que a chorro, cerca de un millón de personas, emigró sobre todo a Francia, Suiza o Alemania.
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