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Nacido del ladrillo en una localidad de piedra |
A mediados de enero de 1971 llegaron a Atxuri sus primeros
vecinos, pioneros en tres bloques de pisos construidos en el extrarradio de
Olite/Erriberri y que conformaron una comunidad de gente normalmente
trabajadora, empleados de la desaparecida Cerámica Olitense o jornaleros del
campo, que dieron vida a una barriada con vida propia que ahora cumple 50 años.
Evocan
quienes todavía viven y rondan entre los 80 y 90 años que el 14 de enero se
instalaron los primeros habitantes en la calle Brígida Esparza, Jesús Jiménez y
Ceci Miranda y Domingo Escudero y Blasita Ansa. Al día siguiente el camión de Domingo
transportó los muebles de Ángel Martínez y Cochi Sola, que es la que mejor
recuerda todo, y abrieron las puertas de su nuevo domicilio a la vez que Félix
Montoya y Begoña Casanova.
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Tomó el nombre de una barriada de Bilbao |
Aquel
barrio, levantado de humilde ladrillo y cemento en un municipio de sillares
medievales, nació en el lugar que ocupaba la antigua viña de Rada y el nombre
de “Atxuri” se importó de otro que crecía en la misma época en el
industrializado Bilbao y que se nutría de ladrillo olitense y de ahí que los empleados
de la Tejería local, algunos también primeros pobladores, importaran el nombre
para bautizar al nuevo espacio que cubría las calles Brígida Esparza, Santa
Rita y Santa Brígida.
Atxuri fue
un barrio pujante en los años 70 y los 80. La población era joven y los
chiquillos reinaban en unas calles sin asfalto, de barro y charcos cuando
llovía, que se pavimentaron, es un decir, con trocitos de ladrillo que sobraban
de la Cerámica Olitense en un trabajo en auzolan en el que cada familia aportó
durante semanas la mano de obra.
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Puri Valencia en su balcón de flores (1992) |
La vida en
común era intensa y los lazos fuertes en torno a por ejemplo la única tienda
del barrio donde Puri Valencia vendía pan, leche y de todo para, viuda, sacar a
delante a sus pequeños, tres hijas y un chico. En “la Puri” estaba también el
único teléfono del barrio y si, por ejemplo, querías llamar a Madrid avisabas
para acudir a la trastienda. Puri tenía, y tiene, un balcón poblado de alegres
geranios que es un buen reflejo de ella.
En la calle
también tenía casa el cura Javier Lorente, que tiró de lado a lado un cable
para colgar una gran cruz repleta de bombillas con motivo de alguna fecha
religiosa relacionada con Adoración Nocturna y, cuando ocurría, buscaba el
cuarto de estar de los vecinos que podían entonces sintonizar ETB-1 para ver
en euskera los partidos de Osasuna. La preparación de una carroza en la fiesta
del “Día del Niño” también unió mucho al barrio, por entonces plagado de críos.
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Chicas del barrio en 1984 |
Mientras no
hubo pandemia, que fue hace solo unos meses aunque ahora parezcan siglos, los
más mayores de Atxuri, los que tenían “temple” y les gustaba estar “al tanto”,
todavía practicaban largos veranos a la “fresca”, donde en noches de tertulia callejera
se solían poner al día sin saber nada de internet y menos de redes sociales o
Netflix.
Feliz 50
aniversario a los habitantes de Atxuri, un barrio de gente sencilla pero de
aupa que cumple años a pesar de coronavirus !!