DE CUANDO EL AYUNTAMIENTO PROPONÍA A LOS MAESTROS

Hace solo 100 años, tiempo en el que aproximadamente nacieron en Olite/Erriberri los niños que aparecen con su maestro en la foto, los ayuntamientos navarros tenían el “derecho de propuesta” para nombrar a los docentes de las escuelas municipales.

            La potestad estaba incluso recogida en un estatuto del magisterio del Estado, que quedó en agua de borrajas a partir de septiembre de 1923 con el golpe del capitán Primo de Rivera. Hasta que el dictador dimitió siete años después, la Diputación (el Gobierno de Navarra de la época) tuvo que pelear mucho para no ser centralizada.

            Según el derecho foral, la Diputación supervisaba y los ayuntamientos seleccionaban a los docentes, no el ministerio de Instrucción español. En 1928 Primo de Rivera convocó en Donostia/San Sebastián a la Diputación de Navarra para advertirle de que si incumplía en materia de nombramientos aplicaría “el régimen común de todas la provincias”. La Diputación, entonces, cedió.