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En la casa de Moso, al fondo, se registraban muchos accidentes |
Se cumple un cuarto de siglo de la inauguración de una de las
obras que más satisfacción dio a los olitenses, la apertura de la variante de
Olite/Erriberri que con su construcción desvió el tráfico de camiones,
autobuses y automóviles que discurrían por mitad del casco antiguo, por la
actual travesía o rúa Romana. Este tramo, sobre todo en los meses de invierno
de hielos y niebla, era un punto negro en cuanto a accidentes. Las casas de
Ortigosa y Moso, a la entrada de la localidad desde Tafalla, fueron muchas
veces parapetos contra los que en las noches más crudas chocaban los vehículos
y dejaban víctimas.
El 17 de diciembre de 1993, a las
11.45 horas, el consejero de Obras Públicas José Ignacio López Borderías cortó
oficialmente la cinta de la nueva variante. Para los olitenses la obra fue de
tal envergadura que acompañaron al representante del Ejecutivo de Juan Cruz
Alli los siete últimos alcaldes de la localidad, del más antiguo al más
ejerciente: Santiago Eraso, Joaquín Viela, Javier Garde, Pablo Beorlegui,
Javier Luna, Javier Gil y Gerardo Etxeberria.
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