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Las viudas tuvieron doble castigo(Carmen Rey) |
Las mujeres de los republicanos asesinados en 1936 sumaron a
veces al sufrimiento de la pérdida el saqueo de unos bienes materiales no
reparados, unas sanciones económicas crueles que abocaron a familias de Olite/Erriberri
a suplicar el perdón de sus verdugos franquistas para que viudas y huérfanos no
cayera en la miseria, como testimonia ahora el libro "Expolio y castigo.
La represión económica en Navarra 1936-1945 ...1966" del historiador César
Layana.
La investigación del empleado del
Instituto de la Memoria publicada recientemente por el Gobierno de Navarra
recoge, por ejemplo, la solicitud de Carmen Rey, viuda de Lorenzo Gorría,
obligada a mantener a un padre anciano impedido y a seis hijos menores de edad
después de ser expulsada del pueblo por los golpistas.
La mujer
consiguió una rebaja poco corriente de la sanción impuesta tras recurrir al
tribunal el ensañamiento de los requisadores que, entre otros bienes, se
incautaron de "tres cerdos, 100 arrobas de patatas, 18 conejos, palomas,
frutos del huerto y bienes de la tienda que regentaba hasta entonces en la que
le prohibieron continuar".
"Todo este
martirio sufrí en silencio, mirando a mi desgraciado padre e hijos"
relata la viuda que apeló que no se le quitaran más pertenencias para tratar de
eludir "la más absoluta miseria".
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Lucía Resano, mujer de Benito García |
Lucía Resano, viuda de Benito
García Calvo y madre del también asesinado Félix García, reclamó el embargo
de dos viñas que eran bienes gananciales, por lo que la penalización no debía
caer en su persona. Solicitaba clemencia al tribunal porque también le habían confiscados
todos sus bienes inmuebles lo que le obligó a ponerse trabajar pese a ser una anciana. El libro
recoge que Lucía, además, defendió en el recurso la memoria de su esposo, que "daba
a sus hijos educación cristiana".
Victoriana
Fernández Chivite, por su parte, se quejó de haber sido expulsada del municipio
en agosto del 36 y sus escasos bienes "incautados por el ayuntamiento. La
parcela fue vendida a otro vecino sin que recibiera nada ".
Marcelina
Domínguez, mujer de Cesáreo Azcárate al que habían retenido los bienes después
de fusilarlo, suplicó que se había quedado sin recursos con dos hijos de dos y
cuatro años, de forma que para subsistir no le quedaba "otro camino que la
indigencia o ponerse a servir" y que si lo hacía tenía que dejar a los niños
recluidos en un asilo, "medida desgarradora para el corazón de una
madre". Años después volvió a presentar un recurso para que le perdonaran
una sanción de 300 pesetas que arrastraba, "en la imposibilidad de pagar
..."
Corpus Goñi, viuda del Alcalde
republicano asesinado Carlos Escudero Cerdán, protestó por que "los bienes
todos que poseíamos nos fueron embargados ... incluidos los míos dotales".
La mujer reclamaba a los tribunales franquistas que levantaran el embargo,
explicaba que tras la guerra había quedado en la miseria y que por su edad tampoco
podía trabajar.
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Visita de Franco a Olite/Erriberri |
Recordaba,
asimismo, que ya había pagado dos multas, una de 1.100 pesetas y otra de 10
cargas de uva, antes de hacer frete al expediente de responsabilidades
políticas. La viuda de Escudero logró parte de lo solicitado y más tarde pudo
llevar como mediera las fincas del Alcalde fusilado en Enériz, aunque para ello
hubo de presentar certificados de buena conducta firmados por las autoridades
municipales y el cura.
La multa
inicial para el Alcalde Escudero fue de 5.000 pesetas, con pena añadida de ocho
años, ocho meses y un día de destierro pese a ser público que había fallecido,
castigo impuesto por "defensor destacado de la ideas republicanas hasta el
punto de intentar fundar en el pueblo de Olite una sociedad de matiz republicano".
En total,
recoge el libro de Layana, los jueces abrieron en Olite/Erriberri 13
expedientes que afectaron a destacados republicanos, sobre todo cargos públicos
como el concejal Salvador Eraso, fusilado nada más comenzar el golpe fascista,
al que se decretó el embargo de sus bienes: una casa, un pajar, media era,
cinco viñas y ocho piezas de labor. En 1940, además, le pusieron una multa
altísima de 15.000 pesetas que su viuda después consiguió rebajar a 1.000 a
paga en tres plazos a cuenta de la retención de bienes como algunas viñas.
A Tomás y
Sebastián Chivite, el primero concejal, les sancionaron con sendas multas de
500 pesetas. Julián Azcárate Domínguez, fusilado, fue acusado ser miembro del
Socorro Rojo y multado con 2.000 pesetas, mientras que a su hermano Cesáreo,
también asesinado, le impusieron 300 pesetas.
Genaro Escudero,
olitense residente en Pamplona/Iruña, fue multado con 10.000 pesetas por su
filiación a Izquierda Republicana y huir a Francia al inicio de a sublevación.