ARTE MUDÉJAR CERRADO A CAL Y CANTO EN EL CASTILLO
La sala
de las yeserías mudéjares del Castillo de Olite permanece sin acceso al público
desde hace casi dos décadas. Oculto tras un candado, un mural de diez paneles adornados
con lazos, formas geométricas y motivos vegetales, constituye un extraño ejemplo
en Navarra del arte con el que los musulmanes decoraron sus mejores palacios en
Granada, Córdoba o Zaragoza. En la cámara olitense, el rey Carlos III quiso
coleccionar trocitos de esta práctica afiligranada, exótica en estas tierras,
demostración de un arte supremo que se extendió desde Damasco hasta el sur de
Europa. Si restamos la famosa arqueta de Leire y algunos capiteles de la
mezquita de Tudela, pocas muestras como las de Olite ilustran el trabajo de la
civilización islámica en el reino pirenaico. Y a pesar de su exclusividad ningún
visitante las ve. Nadie saca provecho de este atractivo encerrado a cal y
canto... (Ver más)
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