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José Luis Esteban había nacido en Miranda de Arga. Su primer oficio, como el de sus padre y hermanos, fue el de pastor. Cuando era un adolescente, en plena posguerra y más por necesidad que por convicción, se enroló en la División Azul y combatió a los soviéticos en la II Guerra Mundial. “Tintán” contaba mil anécdotas de su participación en el cerco de Stalingrado, donde fue herido y condecorado. Además se vanagloriaba de cantar y chapurrear en ruso.
Una vez licenciado consiguió empleo como guarda para el Ayuntamiento de Olite, localidad que se sabía al dedillo. Llegó a dibujar en una gran sábana un plano con todos los términos municipales y corralizas, datos que sirvieron después para estudios cartográficos.
Sin embargo, fue la música la que popularizó su larga estatura. Hombre culto y autodidacta, consiguió aprender a tocar el bajo en la Banda municipal. Recorrió todos los pueblo de la Merindad en charangas que amenizaban la celebración de los quintos, las ferias de tal o cual pueblo, romerías, Sanfermines y hasta bodas.
José Luis Esteban estaba casado con Felisa Induráin y tenía cinco hijos. Descanse en paz “el bajo más alto de Navarra”.
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