Por Ángel Jiménez Biurrun
En los años siguientes a la conquista del Reino, cuando llegaba a Olite un destacamento de soldados el Alcalde solía hacer una lista con los vecinos que tenían que hospedar a la “gente de guerra”. Estos alojamientos forzosos no agradaban a muchos paisanos. Unos tenían en casa hijas mozas y otros veían extranjera a la tropa. Para colmo, los mandos elegían a su antojo los lugares donde albergarse y los víveres requisados se pagaban tarde y mal... (Ver más)
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