domingo, 4 de abril de 2021

“OLOGICUS” HACE 1.400 AÑOS Y A 1.000 KILÓMETROS DE OLITE

Isidoro de Sevilla, nacido en Cartagena (Murcia)
El arzobispo Isidoro de la capital hispalense (Cartagena, 560-Sevilla, 636) escribió a orillas del Guadalquivir una historia de los visigodos en la que el rey Suintila venció a los vascones en la provincia Tarraconense y les obligó a levantar “Ologicus” el año 621, que se ha identificado con Olite aunque no unánimemente.

            El Gobierno de Navarra acaba de publicar el libro “Los vascones y sus vecinos (siglos II a C- VII d C), del historiador Jokin Lanz Betelu, que trata de aportar luz a una época oscura en la que cuesta hallar datos nuevos entre pocas y lejanas fuentes que han sido replicadas durante siglos.

Nuevo estudio de Jokin Lanz

           
El trabajo del investigador, en lo concerniente a “Ologicus”, retoma que Isidoro de Sevilla, de madre visigoda, narró cómo los vascones arrojaron sus armas, juraron fidelidad y se comprometieron a construir con sus manos la civitas que se ha asociado con Olite, aunque hay autores actuales que “han sugerido que Victoriacum y Ologicus conformarían una misma plaza que se situaría en la llanada alavesa: Barroso, Carrobles y Morín”.

            En el contexto del siglo VII el autor refiere dos derrotas vasconas que acarrearon entrega de rehenes. La primera es la de Suintila en el 612 y la segunda la de Wanba en Cantabria en el 673.

            “En el 621 d. C. Isidoro nos cuenta que el rey dirigió una campaña contra los vascones que realizaban sus correría sobre la provincia Tarraconense y que cuando estos avistaron al monarca, arrojaron sus armas y alzaron sus manos suplicando clemencia con las cabezas agachadas, gestos que forman parte de la supplicatio clásica. Después, entregaron obsides y se comprometieron a construir la civitas gothorum Ologicus con su trabajo y su dinero tras jurarle fidelidad y sumisión al monarca”.

Moneda vascona

           
Isidoro, según Lanz, consideraba que los vascones no eran un peligro serio, “pero sí un mal endémico difícil de erradicar....” Sus ataques, precisa el autor, se enmarcaban en unos límites geográficos “que nos son desconocidos dada la precariedad de las fuentes, pero que abarcarían a grandes rasgos el entorno pirenaico occidental”.

            El nuevo libro se propone avanzar en el análisis histórico de las comunidades que poblaron la zona y explica “los mecanismos utilizados por los habitantes de la región para proteger sus intereses frente a potencias extranjeras...”