jueves, 11 de abril de 2024

EL FIN DE LOS LIBROS QUE ACERCARON A OLITE CULTURA Y ALEGRÍA (1931)

Las Misiones Pedagógicas enviaron un lote
El Ayuntamiento de Olite/Erriberri fue uno de los 77 de Navarra que recibió un lote de 100 libros enviado por las Misiones Pedagógicas creadas en mayo de 1931 por el recién proclamado gobierno de la II República para “acercarse al pueblo, llevarle distracción cultural, motivaciones espirituales y alegría”. 

            El patronato auspiciado por el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes de Marcelino Domingo pretendía enriquecer la vida en localidades menores de 5.000 habitantes, objetivo que en el caso olitense coincidía con el proyecto de  “Biblioteca popular, escolar y municipal” puesto en marcha dos años después por el alcalde Carlos Escudero Cerdán (Acción Republicana) asesinado en Enériz en 1936. 

El proyecto coincidió con la Biblioteca del Ayuntamiento
            Cerrado en cajas, el lote de libros llegó con una nota de recomendación sobre el trato, marca páginas, papel para forrar y un talonario de préstamo. Además de Olite/Erriberri, en la Merindad se distribuyeron en Barasoain, Berbinzana, Falces, Funes, Lerín, Marcilla o Peralta/Azkoien, según estudió Reyes Berruezo en “Depuración de bibliotecas y censura de libros en Navarra durante la Guerra Civil”.

Durante el Bienio Negro ya se quemaron ejemplares
            La eliminación y hasta quema de libros, que en el caso olitense se dio incluso antes del golpe durante el Bienio Negro derechista, cayó en manos de una Junta Superior de enseñanza tras alzamiento fascista.           

            La junta daba instrucciones sobre la nueva orientación católica y españolista del curso académico y encomendaba la revisión de los libros a una comisión formada en cada pueblo por el nuevo alcalde franquista, el párroco y el maestro afecto al régimen. Los manuales que no tuvieran aprobación eclesiástica tenían que ser retirados por perniciosos y los párrocos hacerse cargo de los depurados.

La censura recayó en el alcalde, el cura y el nuevo maestro
            El Gobierno Civil emitió una circular en noviembre del 36 en la que ordenó “la incautación y destrucción de libros, folletos, revistas, periódicos... de carácter marxista, nacionalista, antirreligioso, etc...que se encuentren a la venta en librerías o en los distintos tipos de bibliotecas”. Los maestros no destituidos debían dejar los lotes en el ayuntamiento. 

            Las nuevas autoridades nombraron una comisión de censura y la Asociación de Padres de Familia, con apoyo de las juntas locales, ofrecieron colaboración y ficheros. Cien bibliotecas municipales fueron expurgadas. En la comarca, también las de los ayuntamiento de Beire y Tafalla. En esta última, además, la de la estación del ferrocarril, la de Albéniz y Porfirio Díaz. 

Niños olitenses y su profesor en 1935
           La comisión censora examinó 2.605 títulos, de los que destruyó los que calificados como obras pornográficas, de propaganda revolucionaria o de ideas subversivas. También retiró textos literarios y científicos. 

            El fanatismo se cebó hasta con Cervantes y Shakespeare. Algunos títulos sonrojan y retratan a los golpistas: “Zalacáin el aventurero”, de Pío Baroja; “Vida del Buscón”,  de Francisco Quevedo; “Los tres mosqueteros”, de Alejandro Dumas; “Tragedias”, de Sófocles; “Trafalgar”, de Benito Pérez Galdós; “Poesías completas” Antonio Machado; “Obras escogidas”, Gustavo Adolfo Bécquer; “Nuestra señora de París”, Víctor Hugo;  “Fausto”, Johann Goeth y “Don Quijote de la Mancha”, de Miguel Cervantes ...